Dice el profesor Francisco Ricardo que un buen poema es como una buena casa: quien conoce la técnica y los materiales sabe si están bien utilizados y si el arquitecto ha obrado con fortuna. En esencia, el material indispensable es el lenguaje, pero el poeta siempre va más allá en su disposición o estructura y en sus significados: un poeta puede asegurar que un hombre es un <<naricísimo infinito>>, modificando de este modo; por otro lado, una rosa es sólo una flor olorosa y más o menos hermosa, pero en un poema es fragilidad, fugacidad, paso del tiempo, belleza o pasión.
¿Y que es un hilo en éste contexto? ¿Tan sólo una hebra larga y delgada? ¿Y un nudo? ¿El entrelazamiento de los extremos de un hilo?
Un cesto, un simple recipiente, pero mis ojos ven una conexión entre los materiales, la redondez del nido, el abrigo.
Idoia Cuesta rompe los esquemas de la tradicional cestería para ofrecernos una visión contemporánea, alejándonos de los acostumbrados cestos de mimbre para mercado, sus diseños responden más a una ``pasarela rural´´ con unos marcados elementos naturales: lanas naturales de alta calidad con colores de tierra y vivos, además del glamour que desprenden sus creaciones.
De raís vasca pero afincada en Lugo, mezcla diferentes culturas en sus piezas y experimenta escenarios opuestos pero sobretodo ofrece identidad y originalidad a sus innovaciones.
Sus diseños bravíos, estimulan los cinco sentidos, haciendo despertar el salvaje carácter campestre en un entorno a su vez enigmático, ofreciendo una perspectiva de la mujer tenaz, elegante y seductora.
Texturas naturales y extraordinarias, irresistibles a una clara tentación de probar, abrazar o incluso morder.
Y vosotr@s podréis resistiros?
FUENTE: IDOIA CUESTA
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